Todo equipo que haya logrado algo fenomenal primero tuvo que establecer objetivos para llegar allí. Los equipos que establecen objetivos SMART pueden hacer grandes cosas como curar enfermedades, fabricar electrodomésticos más eficientes y sostenibles o hacer que nuestros océanos sean más seguros para las ballenas y los delfines. Cuando establecemos objetivos, podemos visualizar a dónde queremos ir y dar lo mejor de nosotros para llegar allí.
Pero alcanzar un objetivo ambicioso no se trata solamente de apuntar a las estrellas, también se necesita un camino para llegar allí. Ahí es donde entran en juego los objetivos SMART. SMART es un acrónimo que puede ayudarte a definir y establecer grandes objetivos. Con la metodología SMART, puedes asegurarte de que todos los objetivos, desde los objetivos del proyecto hasta las metas más amplias de la empresa, tengan todo lo que necesitas para alcanzarlos. Descubre cómo hacerlo.
El significado de SMART en inglés es inteligente, pero cuando hablamos de gestión de proyectos nos referimos también al acrónimo en inglés que te ayuda a establecer objetivos realistas, definidos y alcanzables. Estas siglas aparecieron por primera vez en 1981 cuando el autor George T. Doran las definió por primera vez. SMART significa lo siguiente:
El método SMART es un atajo para establecer objetivos claros, inteligentes y relevantes porque incluye todos los ingredientes necesarios para el éxito. A continuación, te mostramos cómo desglosar y abordar estos criterios SMART y el significado de cada una de las condiciones:
Ten en cuenta que estás estableciendo un objetivo SMART para lograr una meta específica, no una general. El método SMART no buscas el éxito de cualquier iniciativa, quieres que tu proyecto específico tenga éxito. La S de SMART significa specific, es decir, específico en español. Para asegurarte de que puedas alcanzarlos, cerciórate de que tus objetivos sean específicos para el trabajo que estás realizando. Establecer metas concretas y específicas es un criterio SMART para que tu proyecto resulte más factible. Tal vez, te interese entender primero cuál es la diferencia entre objetivos generales y específicos.
La “M” en SMART significa medible y define un criterio SMART esencial de esta metodología, los objetivos deben ser medibles, ya que esto te ayudará a evaluar el éxito o el fracaso de tu proyecto. Tus objetivos deben contar con alguna forma objetiva de poder medirlos, ya sea una fecha límite, un número, un cambio porcentual o algún otro elemento cuantificable. Una excelente manera de medir objetivos tanto a corto como a largo plazo es a través de los medidores clave de rendimiento (KPI), ya que esta metodología te ayuda a medir cómo tu equipo progresa hacia los objetivos más relevantes. Un objetivo medible es un objetivo que puede alcanzarse.
No es recomendable que tus objetivos sean fáciles de lograr, pero, por otro lado, debes asegurarte de que estás estableciendo objetivos realistas que se puedan alcanzar. Cuando decimos alcanzable, queremos decir que tus objetivos no deben estar totalmente fuera del ámbito de lo posible. Hazte esta pregunta: ¿El objetivo está dentro del alcance de tu proyecto? Si no es así, no es alcanzable.
Los “objetivos ambiciosos” son aquellos que son desafiantes a propósito. Por ejemplo, si normalmente tienes 30 000 visitas por mes en tu sitio web, un objetivo ambicioso sería tener 50 000 visitas por mes. ¡Eso es un gran aumento! Pero este objetivo ambicioso todavía está dentro del ámbito de lo posible. Asegúrate de que tus objetivos ambiciosos sean desafiantes, no imposibles, como, por ejemplo, intentar pasar de 30 000 visitas por mes a 300 000 visitas por mes.
Las letras “A” y “R” de SMART están estrechamente relacionadas. Además de establecer objetivos ‘alcanzables’, también quieres que sean ‘realistas’. Por ejemplo, tal vez un objetivo sea alcanzable, pero para lograrlo sería necesario que cada miembro del equipo trabaje horas extra durante seis semanas seguidas. Aunque podría ser un objetivo alcanzable, no es realista. Asegúrate de que el tuyo tenga ambas características al crear un plan de gestión de recursos claro.
Tu objetivo SMART debe tener una fecha de finalización. Con el método SMART, necesitas definir una fecha límite. Sin un plazo de tiempo definido, tu proyecto podría prolongarse, tener métricas de éxito poco claras y podría surgir alguna corrupción en el alcance. Si aún no lo has hecho, asegúrate de definir un cronograma de proyecto que sea claro.
Aunque, a menudo, se utiliza el término objetivo y meta como sinónimos, lo cierto es que, al menos, en gestión de proyectos, ambos términos tienen distinto significado. Las metas son más generales y los objetivos son más específicos. Aunque ambos términos se refieren a algo que quieres que suceda en el futuro, la meta es el destino al que quieres llegar mientras que los objetivos son los hitos necesarios para llegar a ese destino.
Generalmente, las metas suelen definirse a más largo plazo mientras que los objetivos suelen establecerse en períodos más cortos. Por ejemplo, puedes establecer una meta anual definida en tu estrategia de negocio, que se podrá cumplir gracias a la definición de objetivos en las estrategias de marketing, comercial o financiera. Así, los objetivos suelen utilizarse más a menudo por los distintos departamentos de la empresa.
Puedes y, de hecho, es aconsejable, aplicar el método SMART a tus metas y a tus objetivos.
Asegurarte de que tus objetivos importantes tengan todos los componentes SMART puede llevar más tiempo que establecer objetivos regulares, pero el valor que obtienes al definir objetivos SMART supera el tiempo adicional que se dedica al proceso de establecer esos objetivos. Los objetivos no deben ser algo que estableces y luego olvidas; son una parte clave del proceso de planificación de tu proyecto. Al establecer objetivos SMART, tú y tu equipo tendrán:
¿Listo para empezar? Antes de escribir tus propios objetivos SMART, aquí te presentamos cinco ejemplos de objetivos SMART y cómo cada uno cumple con los criterios SMART.
Cuando estés listo para establecer tus propios objetivos SMART, comienza por escribir el objetivo de tu proyecto en una oración o dos. Luego, aplica cada uno de los cinco atributos SMART a tu objetivo y asegúrate de tener en cuenta todos los aspectos que sean necesarios. Te ayudamos con esta plantilla de objetivos SMART fácil y útil:
Objetivo inicial: Escribe cuál es tu objetivo inicial. No te preocupes si no es completamente SMART; lo veremos más adelante en la plantilla.
Que sea específico: ¿Tu objetivo define exactamente lo que quieres hacer? De lo contrario, reformula el objetivo de manera que sea específico para tu proyecto en particular.
Que sea medible: ¿Ya has establecido cómo medirás tu objetivo SMART una vez que se complete el proyecto? Si no lo has hecho, agrega la forma en que medirás el éxito o el fracaso al finalizar tu proyecto.
Que sea alcanzable: ¿Tu objetivo SMART es algo que puedes lograr, considerando el alcance de tu proyecto? Asegúrate de que este objetivo específico se encuentre dentro de las posibilidades de tu proyecto.
Que sea realista: ¿Puede el equipo del proyecto alcanzar tu objetivo SMART de manera razonable? Incluso si es un objetivo ambicioso, asegúrate de que esto sea algo que puedas lograr con tus recursos.
Que tenga una duración limitada: ¿Para cuándo lograrás tu objetivo? Asegúrate de aclarar la fecha prevista o el cronograma del proyecto en tu objetivo SMART.
¿Realizas un seguimiento de tus objetivos mediante emails, reuniones u hojas de cálculo? Si es así, no estás solo. Según el Informe de objetivos de Asana, el 53 % de las empresas realizan un seguimiento de sus objetivos por email, el 36 % los realiza en hojas de cálculo y el 31 % les da seguimiento en reuniones presenciales.
El desafío de dar seguimiento a tus objetivos es encontrar una manera de conectar tus objetivos con el trabajo diario de tu equipo. Te has tomado todo este tiempo para crear un objetivo SMART; tenerlo en mente puede ayudarte a asegurarte de que lo logres. En Asana, creemos que los objetivos deben estar estrechamente conectados con el trabajo al que están asociados. A continuación, brindamos algunos consejos para lograrlo:
Al comienzo del proyecto, asegúrate de compartir tus objetivos SMART con todas las personas involucradas en el trabajo. Tus objetivos SMART deben guiar a todo tu equipo mientras trabajas en las entregas del proyecto, para que sepas exactamente si alcanzaste o no los objetivos del proyecto.
La manera más inteligente de hacerlo es con una herramienta de gestión del trabajo como Asana. De esa manera, tu equipo tendrá una fuente central de referencias con toda la información en un mismo lugar, desde tu trabajo diario hasta los objetivos de tu proyecto. En lugar de ocultar tus objetivos en documentos, diapositivas y otros lugares donde es difícil encontrarlos, conéctalos con tu trabajo diario para que todos estén motivados, concentrados y en sintonía.
Además de compartir tus objetivos SMART con tu equipo al comienzo del proyecto, asegúrate de medir periódicamente el progreso que has logrado en el camino hacia tu objetivo. No quieres trabajar en el proyecto para luego descubrir, al final de todo el trabajo, que no alcanzaste tus objetivos. Trabajaste duro para establecer objetivos específicos y medibles por una razón; puedes usarlos como tu “norte” y corregir el rumbo durante el proyecto si es necesario.
La mejor manera de supervisar regularmente tus objetivos SMART es enviar actualizaciones de estado del proyecto cada semana. Las actualizaciones de estado son una excelente manera de destacar el trabajo importante que realizó tu equipo, los próximos logros y si están al día o no.
Los objetivos SMART aportan claridad al proceso que se realiza para establecer objetivos, para que puedas evaluar con precisión si se han alcanzado o no los objetivos de tu proyecto. Si los alcanzaste, ¡es hora de celebrar! E incluso si no los alcanzaste, tener objetivos tan claros y supervisarlos con regularidad puede ayudarte a tener un mayor control e identificar mejor qué salió mal y qué puedes mejorar para la próxima vez.
Recuerda, el hecho de no alcanzar tus objetivos no significa que tu proyecto haya sido un fracaso total. Es posible que hayas establecido intencionalmente un objetivo ambicioso para desafiarte a ti mismo o a tu equipo. Pero, incluso si no hubieras establecido un objetivo ambicioso, es más importante evaluar con calma por qué no alcanzaste tu objetivo en lugar de hacer como que nada sucedió. De esa manera, puedes aprender de tus errores y aplicar lo que aprendiste la próxima vez que establezcas objetivos SMART.
El método SMARTER (más inteligente) es una ampliación del método SMART de creación de objetivos. En el método SMARTER se añaden dos siglas más que corresponden a E de Evaluation (evaluación) y R de Review (Revisión). Con la R de revisión el método SMARTER añade la necesidad de que estos objetivos se ajusten después de una necesaria Revisión del cumplimiento o no de los objetivos. Se trata de completar el proceso de elaboración y seguimiento de los objetivos SMART
El método DUMB es, en cierto modo, una crítica a los objetivos SMART. El término DUMB en inglés significa tonto o estúpido. El método creado por el autor Brendon Burchard persigue animar a los gestores a continuar soñando y establecer objetivos menos realistas pero más motivadores, tal vez. Las siglas del método DUMB equivalen a:
Los objetivos SMART pueden ayudar a tu equipo a tener éxito dado que aportan claridad a los procesos de definición de objetivos y de gestión de proyectos. Cuando tu equipo tiene claridad y avanza en la misma dirección de manera inteligente, es más probable que sus miembros estén motivados y sepan qué trabajo priorizar.